Sunday, December 28, 2014

Coaching para padres: problemas con los deberes

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Pregunta: Quiero preguntar acerca de un problema que ha pasado de ser una molestia a realmente preocuparme. Mi hijo, que tiene 13 años va a una escuela con estándares bastante elevados. Los estudiantes deben manejar mucho por su cuenta y tienen una gran cantidad de deberes. 

Hasta ahora mi hijo no tiene problemas en la escuela a la hora de clase, pero no consigue estudiar y hacer los deberes que tiene para la casa. Ahora, esto empieza a notarse en su rendimiento escolar.

Cuando le digo que haga sus deberes, a menudo hay conflicto. A veces dice que ya los ha hecho o que no tiene ninguno, aunque si tiene deberes. Cuando le ayudo con los deberes protesta y hace todo para evitarlo. Cuando no entiende o lo hace mal y trato de explicarle ee enoja o a veces se pone triste. Yo por desgracia también me enfado porque siento como si ni siquiera lo intenta y sólo trata de delegar la responsabilidad a mí o los maestros. A menudo termina con una pelea y con los deberes sin hacer.
Realmente no sé por qué le cuesta tanto ponerse a hacer los deberes. Podrá aplazar las cosas que debe hacer al infinito, y aunque él dice que no le importa cómo le va en la escuela, creo que tiene estándares bastante altos para consigo mismo. Él siempre ha tenido problemas de concentrarse en una cosa a la vez.

¿Cómo puedo animar a mi hijo y cuánto debo empujar?

Respuesta: Los deberes escolares son un dolor de cabeza recurrente para muchos padres. Un estudio reciente mostró que la mayoría de los escolares se estresan sobre los deberes y exámenes. Además, los deberes quitan mucho tiempo de la vida familiar y, a menudo conduce a peleas y conflictos. La pregunta es si los beneficios educativos de tener deberes merecen el tiempo y esfuerzo que se necesita.

Al mismo tiempo, no puedes simplemente ignorar si tu hijo se niega a hacer los deberes. Aunque las causas de porque un niño no quiere hacer los deberes pueden variar, la falta de motivación sueles ser un factor importante. Entonces la pregunta no es si, sino cómo puedes motivar a tu hijo a hacer los deberes.

Para empezar, es recomendable centrarse en cómo tu hijo está trabajando con los deberes en lugar de la cantidad de tiempo que dedica. En los estudios mencionados, se ha demostrado que el tiempo que un estudiante pasa con los deberes significa mucho menos que el compromiso y la experiencia de hacer los deberes. Por lo tanto, una meta debe ser reducirlo a poco tiempo de trabajo durante formas más agradables. No es siempre posible, por ejemplo si la tarea es hacer un número de páginas con ejercicios en un libro.
¿Qué puedes hacer para que tu hijo sienta más dedicación y alegría cuando él está estudiando? 
Una sugerencia general es tratar de estar de acuerdo con él niño acerca de cómo se puede hacer. Elija una ocasión cuando está de buen humor y no tiene un montón de deberes que se cierne sobre él. 
¿Cuándo, dónde y cómo le gustaría trabajar con los deberes? 
¿Cómo quiere que le ayudes tú? 
¿Qué es lo que no quiere que hagas o digas? 
El truco es hacer preguntas abiertas y darle mucha influencia sobre la situación. Está claro que la motivación y el compromiso de los niños aumentan cuantos más sienten que tienen la libertad de controlar el trabajo escolar. Antes de tener la conversación con tu hijo, también podría ser bueno tener un diálogo con la escuela sobre las exigencias y lo que ellos piensan que debería ser una prioridad para tu hijo en el caso de no poder terminar todos los deberes, 
¿Hay alguna materia que debe priorizar?
 Cuando empieza a trabajar en una materia, y le estas ayudando, hay algunas cosas que puedes tener en cuenta. En primer lugar, debes centrarse en el contenido y los objetivos de la lección. 
¿Qué es lo que tiene que aprender? 
¿Qué le sirve aprenderlo? 
La idea no es empezar a dar conferencias sobre el tema, sino hablar con él acerca de lo que él piensa sobre el tema. Sabemos que si los padres ayudan a que los niños se concentren en la materia misma, en lugar de en el rendimiento o resultado, la  motivación y la satisfacción del trabajo aumenta. 
Otras formas de fomentar el compromiso de su hijo con el trabajo escolar puede ser mostrar interés personal en el tema en cuestión o relacionarlo a algo que le interesa. El punto es que la motivación  se basa en el interés de aprender algo más que simplemente ver el estudio como medio para superar un examen u obtener calificaciones. 
Seguramente la mayoría de los padres son conscientes de ello, pero cuando el niño se resiste es fácil que la situación termine en discusiones acerca de las consecuencias de no hacer los deberes. Entonces tienes que tratar de cambiar el enfoque hacia el tema en sí de nuevo.
Puede suceder, por supuesto, que tu hijo no ve ningún sentido en absoluto con un ejercicio, o simplemente no quiere hacerlo. Una trampa insidiosa es comenzar a discutir y tratar de convencer a un niño en ese estado. 

En ese caso es mejor confirmar que entiendes que a veces los deberes parecen inútiles y aburridos. 

Muestra comprensión si se enoja y frustra cuando las cosas van mal. 

Si muestras empatía por sus emociones negativas aumenta la posibilidad de que él pueda volver a intentarlo. 

En el mismo sentido, es bueno evitar expresiones como "debes" o “si no estudies..”. Esta comunicación hace que el niño pierde su propia motivación y comienza a protestar contra la presión percibida.

Muchos padres describen como los niños se enojan cuando les va mal con los deberes y lo utilizan como excusa de dejar de hacer los deberes. Desde luego, puede resultar muy frustrante para los padres en este tipo de situaciones, pero trata de refrenar las emociones. Hay varios estudios que demuestran lo importante que es que los padres demuestren emociones positivas y de apoyo durante el trabajo con los deberes, especialmente cuando algo va mal.

Esto no significa que debes pasar por alto los errores y animar al niño excesivamente. Cuando los niños cometen errores, aprenden más y se sienten mejor si los padres se mantienen tranquilos e intentan  ayudarles a entender lo que salió mal. A la larga se hace más fácil manejar errores si mostramos que se puede hablar de ellos, aunque puede que no sea posible hacerlo sólo cuando las emociones están en alto.

Por último, un consejo acerca de un método que a veces se utiliza para ayudar a los niños que tienen dificultades con la concentración y la atención. Pueden utilizar una especie de diario, en el que anotan, antes de ponerse a estudiar, que es lo que van a hacer, cuanto tiempo van a estar trabajando y como se sienten. Cuando hayan terminado, anotan lo que realmente han hecho, lo que han aprendido y otra vez cómo se sienten. A través del diario el niño se vuelve más consciente de cómo trabaja con los deberes, lo que lleva a una mejor autodisciplina.

¿No hay un riesgo de que el hijo ignora por completo los deberes empezamos a comunicar de esta manera con menos presión?

No se puede descartar, pero el hecho es que en estudio tras estudio muestran que los padres y profesores que apoyan la libertad y la independencia de los niños llega mucho más lejos que los adultos que intentan ejercer control. Los niños se motivan más, se sienten mejor y tienen un mejor desempeño. Tal vez no sea tan sorprendente si cambiamos la perspectiva. 

¿Cómo te sientes cuando tu jefe dice que tienes que hacer una tarea aburrida, que habrá consecuencias si no consigue hacerlo y luego viene cada cinco minutos para comprobar que estás trabajando?

Que dice la investigación?
Un estudio que comparó los resultados de la prueba (PISA) en 40 países de la OCDE con el tiempo que los estudiantes pasan haciendo deberes escolares. El estudio muestra que no hay una conexión clara. Por ejemplo, estudiantes de un país dedicaban menos tiempo en las tareas que cualquier otro país, pero tenían un resultado muy por encima del promedio,  
Un estudio, donde se podía ver pequeños efectos positivos de tener y hacer muchos deberes, pero los efectos desaparecieron cuando se tomaba en cuenta otras circunstancias. En cambio el estudio demostró que los estudiantes que hicieron los deberes de una manera comprometida y tenían sentimientos más positivos asociados con la tarea tuvieron un mejor desempeño en el tiempo...
Un estudio que asignó al azar a los alumnos en dos grupos. Uno que tenían   influencia sobre que deberes querían tener y otro que los profesores se les asignaron deberes. Los estudiantes en el grupo que tuvo elección estaban más motivados, sentían que hacían los deberes mejor y tuvieron un mejor desempeño...

Entrenamiento para Padres TDAH

Taller de entrenamiento online para padres de hijos/as con TDAH

Como padre, criar a nuestros hijos es notablemente difícil; nuestras preocupaciones parecen ser más grandes hoy en día. Todo padre o madre de familia se ha encontrado sin respuestas frente a sus hijos y hay ocasiones en las cuales ellos parecen tener todas las cartas.

Ser padre de un niño o una niña con TDAH significa de lidiar no sólo con los problemas y retos de cualquier niño hoy en día sino también con las dificultades y características específicas del TDAH.

Entrenamiento para padres de niños/as TDAH te puede brindar una perspectiva externa que puede ser muy valiosa, sin olvidar que somos nosotros los que debemos decidir cómo manejar las situaciones con nuestros hijos/as.

Este curso te enseñará a escuchar atentamente para descubrir habilidades que quizá no reconozcas, haciendo preguntas encaminadas a la búsqueda de soluciones y la adopción de estrategias que más nos beneficien en nuestro particular entorno y a tu hijo en particular. Contarás con el apoyo de profesionales con experiencia en el tema y de otros padres en la misma situación.

El coaching es particular por cuanto busca soluciones en vez de centrarse en los problemas, lo cual lo hace un proceso dinámico y eficaz. El coaching es centrarse en lo que podemos hacer en el presente, con miras a mejorar nuestro futuro, lo cual son buenas noticias para todo aquel padre o madre que se sienta agobiado por la vida familiar.

El objetivo de este curso es ayudar a que los padres se conviertan en los coaches o mentores que guíen a sus hijos, a ser personas más felices.

¿Para quién es?
Este es un taller está dirigido a todas las personas que tengan hijos en edad escolar con déficit de atención con o sin hiperactividad. En cada sesión hay ejemplos y ejercicios para todas las edades desde preescolares hasta adolecentes.

¿Qué aprenderás?

Entender las razones que existen detrás de los problemas de conducta.

Distinguir entre los problemas reales de conducta y los propios de la edad.

La escucha activa y la comunicación asertiva.

Cómo manejar los conflictos diarios para que haya tranquilidad en la casa

Ir más allá de las discusiones de “vencedores y vencidos”.

Identificar y utilizar tus recursos y fortalezas y los de tu hijo

Estrategias para ayudar tu hijo afrontar los retos de su vida académica y social

Formas de trabajar con la escuela y maestra/o de tu hijo/a.

Habilidades para la organización familiar y del hogar.

Descubrir distintos caminos para vivir más contento/a y sentirse realizado/a en la vida.

¿Qué trabajaremos?

Identificar las conductas problemáticas

Hacer cambios con refuerzo positivo

Asignar a tu hijo/a tareas domésticas a través del juego

Organizar el trabajo escolar mediante técnicas de organización, planificación y aplazamiento de distracción

Estrategias para mantener la cuenta emocional en positivo

Técnicas para promover su creatividad permanente

Ejercicios de manejar la autoridad sin llegar al conflicto

Dedicarle tiempo de calidad con tu hijo/a

Herramientas para ayudarle a tu hijo/a explorar su misión personal y una visión del futuro

Creación de la misión familiar

¿Cómo trabajaremos?

El curso es sobre todo práctico, la base son los ejercicios y las estrategias enseñadas. 

Sabemos que la forma de lograr un cambio estable y duradero en el tiempo es a través de la práctica y la repetición.

El curso incluye:

Una entrega semanal de material de lectura durante 10 semanas

Ideas, estrategias y ejercicios prácticos cada semana con variedades según la edad de los niños.

5 videoconferencias

Cuestionarios semanales

Acceso a un foro donde puedes hacer preguntas a los coaches y compartir experiencias con otros padres. Aunque no es una obligación recomendamos que participes activamente en el foro.

Un 50% descuento en 4 sesiones individuales de coaching durante y después del curso.
El tiempo de estudio recomendado es entre 60 y 120 minutos por semana para la lectura y la preparación y documentación de los ejercicios. Además necesitas dedicarle un tiempo diario a la implementación de las técnicas.

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Saturday, December 27, 2014

Felices fiestas les desea Atencion.org


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Sunday, December 07, 2014

Algunos pasos para convertirte en el «coach» de tu hijo

Uno de los principales fines de este sistema pasan por fomentar la autonomía de las personas

Siete pasos para convertirte en el «coach» de tu hijo

Martin se levanta todas las mañanas a las 6:30 en cuanto su madre se sienta en su cama para darle su beso de buenos días. Se estira, se despereza, se lava la cara, se viste y se peina. Va a la cocina y desayuna tranquilamente, en la mesa y con la televisión apagada, su vaso de leche con cacao, un panecillo con mermelada, un yogur y una porción de fruta.

Cuando termina, Martin coge su plato, limpia las migas y lo deja en el lavavajillas. Regresa al baño, se cepilla los dientes —ya completamente despierto— y se va a la puerta de la casa, donde se calza sus pequeñas botas, su abrigo, su bufanda y su gorro favorito, que su abuela le tejió para su cumpleaños. Nadie le ha tenido que decir, y menos ordenar, que debe hacer cada una de esas cosas. Para eso ha amanecido con el tiempo holgado tras haberse acostado a las 20:00 la noche anterior.

Fuera en la calle está nevando, otro día más: esto es Alemania después de todo. Martin toma su bicicleta para ir a clase y se encuentra, a unos pocos metros de su casa, con sus dos mejores amigos y el padre de una de ellos, con quienes habitualmente pedalea cada mañana al colegio y con los que regresa a casa unas horas más tarde. Martin ya tiene ganas de que llegue el año que viene, pues podrá demostrar que ya es mayor: tras pasar un curso con la policía local, él y sus amigos ya podrán ir solos en bicicleta por las aceras habilitadas y cruzar la calle sin la ayuda de ningún adulto. Por fin. A fin de cuentas, Martin ya tiene 6 años.

El pasaje anterior, que se desarrolla en millones de hogares alemanes cada mañana, es coherente con el estándar que los padres en aquel país persiguen inculcar en sus hijos y que nos recuerda según Gregory Cajina, educador y autor de Rompe tu zona de confort (Planeta, 2013) una de las, posiblemente, principales diferencias en la perspectiva que implica criar a un hijo allá: mientras en el país centroeuropeo los niños son importantes, y mucho, en España se los sigue considerando el centro del cosmos aún conocido. «Mientras en Alemania se persigue que los hijos sean autónomos lo antes posible, en España muchos padres se desviven, dejan de vivir sus propias vidas, haciendo lo máximo posible por sus pequeños —bajo el auspicio de esa acepción siempre tan difusa como es el amor— hasta que muchos se dan cuenta, cuando estos alcanzan los 30 años, de que ya no hay manera de sacarlos de casa. Siempre podremos culpar a la crisis o al gobernante de turno», comenta este experto.

Para Cajina, uno de los problemas más cruciales que nos encontramos en la educación de los más pequeños en España radica en una mal entendida política de laissez faire: sea esto dejar hacer a los pequeños lo que les venga en gana, o sea supeditar la unidad familiar a una política de no-frustración del niño. Pero esto es, a su juicio, un error, porque conlleva una más que preocupante renuncia a liderar por parte de los padres o cuidadores primarios. «Donde los padres no gobiernan, mandará el niño. O, mejor dicho, mandarán los caprichos irracionales generados por el cerebro de un niño que, es natural, aún no ha madurado en sus competencias de autocontrol y auto-regulación, claves en el desarrollo estable y sano de su inteligencia emocional. 

Porque para embarcarse exitosamente en esa travesía necesitará desesperadamente de la guía responsable de sus adultos cercanos», indica.

Coaching para padres

Para plantar remedio a esto desde casa Cajina sugiere el empleo de la disciplina del «coaching» por parte de los progenitores en la educación de los más pequeños. «Uno de los principios del coaching pasa por asegurar la autonomía de las personas con las que trabaja: un objetivo –y responsabilidad—, y esto es perfectamente extrapolable al cometido de los padres en relación a sus hijos», sugiere.

Estas serían algunas de las propuestas que el «coaching» puede aportar en la educación de los niños y jóvenes:

—En primer lugar, los padres o cuidadores deben asumir que son esos líderes que sus hijos reflejarán milimétricamente: su comportamiento, por tanto, debe calcar sus palabras. No tiene sentido adoctrinar a nuestros hijos en las bondades de nutrirse saludablemente si nuestros propios hábitos son cuestionables. Los niños aprenden por imitación no por sermón.

—Fomentar la independencia de los niños. Estirar su «zona de confort» invitándolo a tomar decisiones con un riesgo calculado y su posibilidad de fracaso. No consiste en prevenir que se lastime; consiste en mostrarle que, tras llorar, lo siguiente mejor que puede hacer es aprender a levantarse solo, sacudirse el polvo, y continuar jugando.

—Aprender a celebrar el logro y a analizar el no-logro. Para ello se le puede preguntar qué ha hecho (o dejado de hacer) que pudiera haber incidido en el resultado que ha recibido; y qué podría hacer diferente la próxima vez. Y quitarnos de en medio.

—Escuchemos más de lo que hablemos. Los niños comunican muchísimo más que las palabras que verbalizan. Aparquemos el móvil hasta más tarde. Si es urgente, ya llamarán a casa.

—Cuando el pequeño solicite ayuda, si es algo que el niño puede hacer solo, responder con una sonrisa ‘no te voy a ayudar: lo puedes hacer solo’. Y ser consistente. Cuando lo logre culminar, eso sí, felicítelo como si no hubiera un mañana.

—De hecho, ser consistente es crucial: para nuestros hijos, lo que decimos es la verdad absoluta. Si faltamos a lo que prometemos, enseñamos tácitamente que no somos íntegros. Algo que, desde luego, no querremos que aprendan.

—Atención a los miedos que, (in)advertidamente, podamos estar trasladando a nuestros hijos. Los bebés nacen solo con dos miedos básicos: al vértigo y al ruido súbito. El resto son todos aprendidos por experiencia y por los que son transmitidos por sus cuidadores y personas a los que han conferido una autoridad. Nosotros.

Sobre Gregory Cajina
Gregory Cajina es coach master, educador, CEO de KarmaShelf.com y autor del bestseller «Rompe con tu Zona de Confort» (Planeta, 2013). Asesor para el Ministerio de Educación en Alemania en un proyecto pionero de desarrollo de emprendimiento para jóvenes.